“CENTESIMUS ANNUS”: Juan Pablo II, Mayo 01 de 1991. Sobre la cuestión social en el Centenario de la Rerum Novarum. La presente encíclica se sitúa en el marco de estas celebraciones para dar gracias a Dios, del cual «desciende todo don excelente y toda donación perfecta» ( St 1, 17), porque se ha valido de un documento, emanado hace ahora cien años por la Sede de Pedro, el cual había de dar tantos beneficios a la Iglesia y al mundo y difundir tanta luz. La conmemoración que aquí se hace se refiere a la encíclica leoniana y también a las encíclicas y demás escritos de mis predecesores, que han contribuido a hacerla actual y operante en el tiempo, constituyendo así la que iba a ser llamada «doctrina social», «enseñanza social» o también «magisterio social» de la Iglesia. A la validez de tal enseñanza se refieren ya dos encíclicas que he publicado en los años de mi pontificado: la Laborem exercens sobre el trabajo humano, y la Sollicitudo rei socialis sobre los problemas actuales del desarrollo de los hombres y de los pueblos. Este documento pontificio es también, un homenaje y una evaluación opuesta al día de la Encíclica “Rerum Novarum”. Dedica una especial preocupación a la caída de los regímenes opresores de corte comunista y a la crisis económica y moral que trae consigo el “capitalismo salvaje” y sus correspondientes ideologías. Vuelve a retomar el tema de la Propiedad Privada en función al bien universal de los bienes, habla de una nueva propiedad privada: El conocimiento, la técnica y el saber; y de un nuevo capital, el hombre. Una fuerte crítica al comunismo y la preocupación por la ecología. Promueve una nueva concepción de Cultura: de las naciones, del trabajo, de la solidaridad, de la vida, en contraposición a la cultura que engendra los sistemas ideológicos comunistas, capitalistas y nacionalistas. Finalmente la tarea subsidiaria del Estado de cara a una preocupación por el bien común y particularmente por los pobres.